No es nada, es un suspiro.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Todos aquellos seres que no sean superhombres, seguid leyendo este post.

Estoy segura de que muchos habéis tenido alguna vez ese sentimiento que tanto escuece y al que podemos llamar de varias maneras. Como esta  es mi teoría y como los que me conocen saben que siempre digo lo que me apetece, vamos a llamar a ese sentimiento "being a little bitch" o, como diría Goyo Jiménez, para los de la LOGSE: ser un perrito faldero. Esta teoría se funda en que "B" (bitch) se enamora de "A" (asshole) y cree, repito: CREE, depender de él. A pesar de que comes, duermes, respiras y caminas sin "A", crees que vives de él. "B" casi siempre se cansa de aceptar solo el afecto excedente y tiende a percatarse de que el dolor no es más que un valor añadido a sí mismo, es decir, madurez y valor que has ganado. O, en otras palabras, estar hasta los cojones y aprender que estás, en realidad, por encima de la situación. Y no, queridos amigos, no dependes de nadie para vivir. Te levantas, cojes tus putas cosas y te largas. Y ya. Que nadie se ha muerto por dar portazos a amores de mierda.

Creedme que, el día en que os deis cuenta de que solo te necesitas a ti mismo y que todo eso que dijiste suena cursi, solamente cuando caigas en lo fácil que es enamorarse y en que has dejado muchas deudas pendientes en tu conciencia, ese día y solo ese, "B" le dará por culo a "A". Y verás lo bien que sienta.
Como dice una amiga: de amor se morían en el siglo XVIII. Así, cuando dejes de ser "a little bitch" y las ideas de "asshole" se te cuelen en la piel, me agradecerás este post.

Y ¿sabes por qué?, pues porque mola ser un superhombre de vez en cuando.