No es nada, es un suspiro.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Sueños didácticos.

El otro día soñé con Morgan Freeman
y me decía
que qué bien me veía últimamente
y que él ha estado "missing"
con eso de INVICTUS.

Hablamos de mi exposición sobre Stevie Wonder
y de los derechos de los negros
y de los derechos de las mujeres
y de los derechos de los hombres maltratados por mujeres.
Y se reía de esto último, el cabrón

Me decía que tiene problemillas de hígado
que no puede beber mucho
así que aparté el Martini que le había puesto delante
en la barra de nuestro bar
(en el que ni siquiera mi vaga cabeza puso figurantes).
Estábamos solos. Conversando.

Se quitó la americana y la colgó de la silla
y le dije, como Neruda un día, mientras se volvía a sentar:
- Nosotros, los de antes, ya no somos los mismos...

El estrés de vivir en los Estados "Hundidos" hace que se le caiga más el pelo. Le salgan más arrrugas.
Le digo:
- Quédate aquí conmigo, y hago de nieta.
- No, hija,- dice riendo- yo ya escogí. Ahora te toca a tí.

Coge la americana y, tan sobrio como siempre,
se dirige hacia la puerta.

Allí, a punto de cerrarla me dice
que Matt Damon también escogió
y que ahí lo tengo: en un cartel gigante de Gran Vía,
pero que es un gilipollas.

- Así que preocúpate de no perder la sensatez.

Eye of judgement

Cuando caiga el último grano de arena
averiguarás
que has perdido
y que tu monótona vida te encadena
a su suelo

y le dirás
"lo siento"
a tu propia foto.

Si decidieras un día adoptar esas ideas
que tanto te nombro
no habrá enmienda
para esta multitud de dos
que valía

y le dirás
"lo siento"
a tu propia foto.

El día en que yo
vuelva a pasar
por el abismo que me conozco
de puta memoria
me iré

y le dirás
lo siento
a tu propia foto.

Avergonzado de quien eres
sin mí.

El ojo que juzga un día,
cielo,
es también un día juzgado.