No es nada, es un suspiro.

lunes, 8 de agosto de 2011

Lecciones del día a día

Esta tarde nos ha dado por pasearnos por el centro de Madrid (Sol, en concreto), en una especie de pop crawl  internacional que nos ha llevado a conocer las costumbres de diferentes culturas del mundo. Mientras tanto fuimos acercándonos inconscientemente hacia una multitud que se aglomeraba alrededor de una serie de feligreses que compartían el papel de predicadores. La primera chica en subirse al pequeño altar que habían improvisado con maletas de tapa dura, cantó una canción sobre Jesús y demás, cosa que me parece estupenda; el segundo de ellos llevaba su propio traductor para la posible atracción de público angloparlante, y hablaba metafóricamente de cómo nuestra vida era una maleta vacía que nosotros mismos íbamos llenando de cosas buenas o errores. El espectáculo comenzó cuando se subió a predicar una chica de fuerte acento argentino que llevaba en la mano izquierda una cajetilla de tabaco de aproximadamente medio metro que rezaba "Fumar acorta la vida". Empezó a soltar argumentos de cómo las conductas pecaminosas nos llevarían al infierno, y por "conductas pecaminosas" esta pobre entendía el fumar, tener sexo y robar, dándonos a entender que estas tres acciones eran igual de atroces.

Al poco de escuchar todo aquello decidimos dejar de prestar atención puesto que no estábamos de acuerdo con todo aquello que se estaba diciendo. He de decir que aquello no duró más de unos minutos: se nos acercaron dos señoras que intentaban, en cierto modo, conseguir adeptos. El caso es que desde un principio le comentamos que éramos estudiantes y que creíamos en la ciencia y no en la religión, que nos parecía muy bien que miles de personas adoptaran ciertas creencias para dejar de hacer unas cosas o empezar a hacer otras, pero que ese no era nuestro caso. La señora, muy insistente, empezó a comentar que Dios estaba por encima de todo y que el que no creyera en ello y además pecara iría al infierno. En este momento, uno de nosotros le contestó que en el caso de que él mismo asegurara que es una divinidad mayor incluso que Dios, ¿quién iba a demostrarlo?, ¿quién iba a refutarlo?, añadió que la ciencia es la manera de demostrar todo tipo de hechos, y puso como ejemplo el debate entre la teoría de la evolución (que tan reprimida ha sido en ciertos países), y la de la creación. La señora, sorprendentemente, no contestaba a nuestras preguntas sino que seguía exponiendo sus pobres argumentos llamándonos, sutilmente, jóvenes insensatos y pecaminosos.

Me parece, debo decir, que la religión, además de preciosa de estudiar, es una parte crucial de todas las culturas del planeta, tanto artística como moralmente, pero más de un individuo se aprovecha de ella para hacer cosas peores que aquellas de las que se quejan. Es muy subjetiva, no deberíamos acusarnos los unos a los otros de inconscientes si no hay quien demuestre o refute que Dios existe, pero tampoco os molestéis en tratar de unirnos a vuestras "filas" sin un buen argumento, y menos con palabras frías y recias.

Además, yo abjuré hace tiempo de toda religión y, ¿sabéis qué?, no tengo tiempo de ir a rezar con el Papa, que viene esta semana a Madrid y ya sabéis cómo se pone esta gente de insoportable con eso... Y discúlpenme por ello, pero es que no me gusta la gente que habla tan largo y tendido, y encima, en un idioma que desconozco.